La selva azul

Al ver al pez, el maquinista supo que había un lugar donde nunca había estado.

martes, marzo 30, 2010

evangelio

salir a la noche con la mirada desnuda
-sin corregir-

con el horizonte de la avenida fuera de foco
para que todo entre y sea humo

comprender será vislumbrar, entonces
a través de la maraña de cabellos

y tomar el aire como el yogui
que queda quieto junto al río

abandonado a la embriaguez
del juego del tiempo
 
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